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Veinticinco velas

  • Foto del escritor: Rubí Narváez
    Rubí Narváez
  • 8 feb 2019
  • 3 Min. de lectura

Samantha Baker cumpliría 16 años, una edad importante en los Estados Unidos y muy especial para ella. Resulta que al llegar tan ansiado día toda su familia se olvidó de esa fecha porque estaban muy ocupados en sus actividades y en la boda de su hermana mayor.


Pobre dieciseañera, tuvo un malhumorado día y aún así en la noche tendría que alistarse para asistir al baile escolar.

¿Te has imaginado que se olviden de tu cumpleaños? Bueno,te diré que si pasa.


Yo viví lo mismo que ella, ahora les cuento por qué: Era el primer festejo (si así se le puede llamar) sin la presencia de mi padre y tenía pavor de estar sola pero también tenia ganas de estarlo, algo muy confuso cuando estas pasando por un difícil día o situación particular. Sucede que invité a mi familia a pasar esa fecha conmigo; compramos todo lo necesario hasta mi pastel favorito (doble chocolate).

Siete de la noche ¡es la hora en la que todos los invitados estaban citados! Las manecillas del reloj corrían y solamente estaban sentadas seis personas de aproximadamente veinte o más que conforman "mi familia". Estaba impaciente,revisaba el celular esperando algún mensaje tipo: "vamos retrasados pero es seguro que llegamos". No sonó el celular,obviamente.

No les miento, sentí ganas de llorar y estaba un tanto furiosa.

¿Por que me hacen esto? Pensé...

Resulta que Samantha Baker paso por mi mente justo en ese momento y descubrí que teníamos algo en común: *un papá confidente que era el primero en felicitarnos pero ahora yo no lo tenía. *una familia olvidadiza y con prioridades diferentes. *el anhelo de siempre cumplir años *estar enamorada de un imposible llamado: Jake Ryan * la furia por semejante desplante.

Era hora de soplar las velitas del pastel.

Cerré los ojos y deseé con todas las fuerzas de mi corazón encontrar a alguien especial y ser extremadamente feliz,pasara lo que pasara.

Lloré a mares después que los pocos asistentes se fueron así tal cual como la señorita Baker al termino de sus sixteen candles y cansada del caótico baile escolar... pero no sabía lo que el destino me deparaba.


Si te estas preguntando que pasó con mi deseo al soplar mis 25 velas,te digo que SÍ SE CUMPLIÓ: Hace unos días besé a mi Jake Ryan, el de traje, todo un caballero y yo con un hermoso vestido largo y la música sonando de fondo. Sin aquél triste cumpleaños, hoy no tendría esta página, tampoco estaría escribiendo un blog titulado "Veinticinco velas" y mucho menos habría compartido momentos junto a alguien que en la vida de Samantha y en la mía por fin sucedió: ¡Jake Ryan! (omitiremos el nombre real).

¡FELICES 25 AÑOS RUBÍ! Deseo que se olviden de tu cumpleaños y cada año al soplar las velas, lo hagas con todas las fuerzas de tu corazón, cómo aquél día. Quizás tardaste en darte cuenta pero todo pasó por algo.






Nota: Cómo mencioné anteriormente el nombre de esta página "25 candles" fue inspirado en la película estelarizada por Molly Ringwald y Michael Schoeffling, conocida como "sixteen candles" o "se busca novio"; claramente en la gran similitud que tengo con la chica protagonista de esta cinta cuando fui adolescente y por los hechos que han acontecido a lo largo de mi vida. Te invito a que escuches la canción "True" de la banda británica de los años ochentas Spandau Ballet y ojalá te acuerdes de mi, contándote esta parte que casi nadie supo,hasta hoy.

Todas mis historias son reales y por ello les envío un cordial saludo a todas las Samantha´s Baker del mundo que al termino de la lectura se identificaron conmigo.

 
 
 

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